EXPLORANDO EN SUEÑOS
Miré al cielo y
lo vi muy lejos, miré al horizonte y me pareció a mi alcance, y miré al camino
que me ofrece tres vías...quiero andar, levar las anclas de las naves de mi
vida y partir hacia puertos nuevos, velas al viento, jarcias tensas y timón
vibrante....pero solo soy una hormiga, frente al gigante calentador que es el
sol. Me volví a derechas, regresé a la izquierda y me paré en el centro, he de
escoger mi camino y todos me son ajenos, distantes sin nombres, ninguno me llama,
yo los pretendo. Regresé a mi posición al centro sin decidir el rumbo y camino
a tomar.... ¿Qué me preocupa?, -me dije, -la Tierra es un globo, no importa
hacia donde me voy, mientras más me aleje, más me acercaré a mi puerto… ese mismo
camino es el regreso, sin jamás volver la cabeza; de aquí no escapa nadie vivo.
Me sentí un poco infantil y decidí jugar cantando con las memorias del segundo
grado de la escuelita de mi pueblo chico: ¡A LA RUEDA!, ¡A LA RUEDA! ...y lo
canté riendo.
Recuerdos de mi infancia, maestras de oro,
amigos de miel, momentos felices, barquitos de papel... Colón debió saberlo muy
bien; pues por donde en camino recto transites, al punto de partida regresas...sin
virar. ¡Jajaja!
La Rosa de Da
Vinci, para rabia de los envidiosos y salvación de marinos.
Me viré de espaldas, tomé una pluma de aves y
una rosa....NO, esa rosa es muy bella, pero no; dadme una Rosa Náutica, el
camino me reclama.
Caminé de
espaldas como cuando era cadete y practicaba para ser muerto a manos de otro
cadete que no era mi enemigo pero estábamos retados a duelo por las barbas del
profeta que no se moja las nalgas cuando lo barcos navegan, y debía atacar...
Caminé de
espaldas, me miré en la brisa, no se cual de los tres caminos anduve porque se
me fue la luz…
…no se si acabó
la noche, se me hundió la nave, o mi sueño se le escapó a las horas......
Me hundí en el mar, sin lancha ni remo, y
comencé a subir, porque estaba hundido en un mar profundo y necesitaba
respirar. A fuerza de brazadas, pujando
a mil fuerzas, rasgándole las entrañas al agua, que se me hacia no suave como,
agua, si no duro como la roca en la montaña.....porque la montaña era...
Se escapó mi hora, desperté aferrado al borde
la cama, sudoroso y rojo, como quien mucho ha trabajado bajo un sol de
infiernos....
Me limpié los
ojos, me senté en la cama, miré al horizonte que ahora era mi ventana y cerré
los ojos para ver esa imagen de mi cuerpo enfebrecido, o soñador, o en pecado,
clavado en las horas, buscando en las distancias los caminos de futuro...
Creí que era
mañana… Parece que he soñado
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