2 oct 2012

EXPLORANDO EN SUEÑOS



 

EXPLORANDO EN SUEÑOS

Miré al cielo y lo vi muy lejos, miré al horizonte y me pareció a mi alcance, y miré al camino que me ofrece tres vías...quiero andar, levar las anclas de las naves de mi vida y partir hacia puertos nuevos, velas al viento, jarcias tensas y timón vibrante....pero solo soy una hormiga, frente al gigante calentador que es el sol. Me volví a derechas, regresé a la izquierda y me paré en el centro, he de escoger mi camino y todos me son ajenos, distantes sin nombres, ninguno me llama, yo los pretendo. Regresé a mi posición al centro sin decidir el rumbo y camino a tomar.... ¿Qué me preocupa?, -me dije, -la Tierra es un globo, no importa hacia donde me voy, mientras más me aleje, más me acercaré a mi puerto… ese mismo camino es el regreso, sin jamás volver la cabeza; de aquí no escapa nadie vivo. Me sentí un poco infantil y decidí jugar cantando con las memorias del segundo grado de la escuelita de mi pueblo chico: ¡A LA RUEDA!, ¡A LA RUEDA! ...y lo canté riendo.

 Recuerdos de mi infancia, maestras de oro, amigos de miel, momentos felices, barquitos de papel... Colón debió saberlo muy bien; pues por donde en camino recto transites, al punto de partida regresas...sin virar.  ¡Jajaja!

La Rosa de Da Vinci, para rabia de los envidiosos y salvación de marinos.

 Me viré de espaldas, tomé una pluma de aves y una rosa....NO, esa rosa es muy bella, pero no; dadme una Rosa Náutica, el camino me reclama.

Caminé de espaldas como cuando era cadete y practicaba para ser muerto a manos de otro cadete que no era mi enemigo pero estábamos retados a duelo por las barbas del profeta que no se moja las nalgas cuando lo barcos navegan, y debía atacar...

Caminé de espaldas, me miré en la brisa, no se cual de los tres caminos anduve porque se me fue la luz…

…no se si acabó la noche, se me hundió la nave, o mi sueño se le escapó a las horas......

 Me hundí en el mar, sin lancha ni remo, y comencé a subir, porque estaba hundido en un mar profundo y necesitaba respirar.  A fuerza de brazadas, pujando a mil fuerzas, rasgándole las entrañas al agua, que se me hacia no suave como, agua, si no duro como la roca en la montaña.....porque la montaña era...

 Se escapó mi hora, desperté aferrado al borde la cama, sudoroso y rojo, como quien mucho ha trabajado bajo un sol de infiernos....

Me limpié los ojos, me senté en la cama, miré al horizonte que ahora era mi ventana y cerré los ojos para ver esa imagen de mi cuerpo enfebrecido, o soñador, o en pecado, clavado en las horas, buscando en las distancias los caminos de futuro...

Creí que era mañana… Parece que he soñado


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