12 sept 2012

El Diablo y Jesus



Difícil es a veces entender a las personas, cuando tratan de mostrar su personalidad a la sociedad en donde viven y al entorno que les rodea, porque sin ser actores ni actrices quieren vivir cambiando de maquillajes para casa escena o produ...
cción. Unas veces quieren para un público ser un rey o una reina y para el otro el ogro o la vampira, no reconociendo que mientras que en el teatro y el cine
eso es una profesión admirable, en la vida real es una aberración insostenible. Porque, sencillamente, no podemos ser albañil para un contratista y aviador para el otro al mismo tiempo, o somos albañiles o somos aviadores. Aquí en Facebook es cosa fácil vivir del engaño, engañar y dejarse ser engañado, pero al dejar el teclado nos enfrentamos con la vida real; somos lo uno o lo otro o no somos nada; querer incidir en la doble personalidad en la vida real es absurdo y a veces hasta ridículo y ofensivo. Tienes varias amistades en el mismo barrio, hablan, beben y comulgan a diario, al final todos los saben todo de todos y cada uno, pretender que unos sepan de que color es el mantel de la mesa y las cortinas de la sala de la casa en que viven, y que el otro crea que son de un color diferente, es más de lo que una persona sensata puede concebir o una amistad seria puede aceptar. Querer que el mundo sepa que uno, por ejemplo, hace trabajos de escultura en la parte de atrás de su casa; al mismo tiempo que tratar de ocultárselo a un tío, que es el que más pronto lo va a saber, es mas que absurdo, es tonto, estúpido y crea dudas del por qué se le oculta. A menos que se esté trabajando a escondidas de este porque el tío es policía. La vida tiene muchos matices en la conducta humana y uno de los más importantes y al mismo tiempo más usado y abusado es, el creer que se pueden vivir varias vidas en el mismo lugar, al mismo tiempo, con buenos resultados. Ya lo decía Lincoln que uno puede engañar a parte del pueblo, parte del tiempo, no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo.
Luego para poder mantener la fe de quienes nos leen lo que escribimos y decimos, es preciso mantener una línea de conducta ética y profesional que haga llegar a todo el mismo mensaje de la misma manera; a o ninguno, bajo ninguna circunstancias; lo otro es buscar el fracaso, la falsedad, y al final la duda y el desprecio de quienes nos aprecian o nos quieren bien y darle material de ataque a los que no nos quieren bien.

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