14 feb 2011

TARJETA DE SAN VALENTIN

DEJA QUE TODOS SE ADULEN,
 DEJA QUE SE DIGAN COSAS DE TARJETAS DE CARTON PINTADO.
Tanto tú como yo sabemos lo que es el amor puro.

Hoy, por que la sociedad se divierte mercando el amor como una candileja perdida en el arrabal en medio de un dia de festejos carnavalescos, y ni es el amor, ni es la diversión es la fantasia comercial; he buscado un rincón en una caverna debajo del mar, alli donde sola las sirenas y los espiritus del reino se acuclillan para libar una gotas de la esencia,  del espiritual correr de la sangre,  de los dioses alejados de la tierra, para los que hemos amado y amamos y estamos sintiendo en nuestros cuadriles las quemaduras del hierro que marca las almas como reses en el potrero, y alli estoy sentado a la vera de un candil que se extingue a la vista de la maldad y se aviva al sentir de la pasión de los puros. Es sereno. Un violin en la esquinita del cielo nos seduce a soñar un poco más y una ténue voz de niña buena tararea una tonada de años idos.

Te invito. Ven y acompáñame a soñar desde aquí abajo del mar en el silencio de las almas que aman puras. Ven, amiga, siéntate a mi lado, como mi pequeña hermanita helada de frio por las tormentas. Ven, siéntate a mi lado, toma mi hombro. renclina tu cabeza en el, yo te sostengo. No temas ya, yo te protejo, estos seres que ves aquí son mis amigos, son bellos porque han pasado este, el tuyo y el mio, el camino de los sueños, el camino de los que amamos y no encontramos sosiego ni se nos calman los sueños. Anda, no temas enfrentar esos sonidos, que son y solo son la olas que danzan en las torres y los aires de las novias con sus velos, inocentes que van hacia las coplas; esas coplas que nos cantan al oido el dia del carnaval de las promesas, los deseos y las mentiras. Ven, por favor bebe de esta copa que es muy tuya el nuevo vino, y canta con nosotros este himno que se lo escribí un dia lejano a una sirena que lloraba a la orilla del riachuelo. Ven, amiga, descansa de una vez. No cantes si no quieres, ama en silencio; los mudos también aman.

Pero siéntate a mi lado y déjame que te acompañe mientras tú al tiempo me acompañas a mi, viajemos como hermanos al amor.






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    LA PARADOJA DE LA VIDA
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