Encontré una antorcha
Que brillaba mucho más que mil candiles
La tomé de suelo
La puse en la cuna y le eché encima una colcha,
Pensamiento miles
Fueron mis desvelos.
Me senté a la orilla del agua tranquila
Y pensé en tus ojos, y pensé tus dientes
Y pensé en la noche callada y amiga
Y mientras pensaba te sentía viva…
Te sentía viva suspirar en mis brazos
Mientras la luna sonriente
Pasaba de largo.
Su reflejo sobre las aguas del lago me mostraba tu sonrisa
Y las chispas de la antorcha revoloteaban en la brisa.
Me volví para besarte
Y me quemaron los ojos
Los reflejos lejanos de un paisaje sin luces
Hincado de hinojos empecé a buscarte….
¡Me da risa!
Te buscaba sin prisa,
Sin prisa te buscaba;
Pero la luna jugaba por celos de tu belleza
Y entre su luz y la antorcha yo perdía la cabeza.
Miré de nuevo a la luna
Y la comparé contigo;
Miré al fuego de la antorcha
Y la pagué sin testigos
Para poderte amar
Sin apuros, con fiereza.
Fieros los pensamientos pero dulce la armonía
Del cielo, el lago y tú
Pero te busqué en luna,
Te busqué en el lago,
Te busqué en la luz
Y en la antorcha apagada
Busqué y no estabas tú.
Desnudé mi alma, que no mi cuerpo
Y me lancé a nadar en la aguas del lago.
Miles de pececillos encandilados fueron mis consejeros
-¡Pero es que no soy mago!-
Busca en tu pecho unos decían, en el corazón el de más allá
Y la luna misma, al final me dijo:
Sale del lago y llévale mis caricias
Para que sutil esta noche
Sea para ti las delicias.
Y salí de las aguas del lago silente,
Caminé en las nubes, en los mares, en el puente
Buscando tú aliento,
Tus carnes ardientes,
Tus labios de rosas
Tus blancos dientes,
Tus besos que vibran
Cuando de amor ardiente gozas....
Déjame quererte
Como ama la luz,
ámame tu como ama
al prisma de mis ojos
el reflejo
de la luna allá en el lago
cuando te busco en sus aguas
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